viernes, 17 de septiembre de 2010

"Por el derecho a sexualidad con sentido"

El viernes 17 de septiembre fue presentada oficialmente la estrategia de comunicación "Por el derecho a sexualidad con sentido",  construida conjuntamente por el Ministerio de la Protección Social, el Ministerio de Educación Nacional, la Consejería Presidencial de Programas Especiales y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).

La estrategia busca que adolescentes, jóvenes y mujeres conozcan y reconozcan los derechos sexuales y reproductivos en sus vidas cotidianas, y puedan tomar mejores decisiones sobre su sexualidad y su reproducción, así como conocer los servicios a los que tienen derecho.

“Por el derecho a una sexualidad con sentido” no es una campaña publicitaria, sino una estrategia de comunicación integral y sostenida, que será implementada a nivel nacional, y se complementará con estrategias locales en 13 regiones del país: Valle, Chocó, San Andrés, Cesar, Sucre, Nariño, Meta, Santander, Bolívar, Putumayo, Antioquia, Armenia y Bogotá. La estrategia de comunicación va de la mano con una acción de mejoramiento de los servicios de salud y de educación a nivel nacional, y de fortalecimiento de los grupos, organizaciones y redes de jóvenes y mujeres que promueven los derechos.

La estrategia es apoyada y presentada por Andrés López, Valerie Domínguez, Carlos “El Pibe” Valderrama, Cristina Hurtado, José Narváez y Adriana Lucía.

¿QUÉ SIGNIFICA “Por el derecho a una sexualidad con sentido”?

1. Reconocer que la sexualidad es una condición humana, y debe ser vista como algo positivo.
2. Que todas las personas tienen derecho a vivir una sexualidad consentida, deseada y consensuada, sin presión ni violencia de ningún tipo.
3. Vivir una sexualidad tomando decisiones con la razón y la conciencia, de acuerdo al proyecto de vida.
4. La sexualidad debe involucrar todos los sentidos: la razón, el sentimiento, las
emociones, los deseos.
5. El sentido de la sexualidad debe ser la felicidad y el bienestar; y no el riesgo o el miedo.


¿QUÉ SON LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS?

Los derechos sexuales y reproductivos son los derechos humanos aplicados al terreno de la sexualidad y la reproducción, y su garantía permite que hombres y mujeres (adolescentes, jóvenes y adultos) puedan disfrutar de una vida sexual y reproductiva saludable.

Los derechos sexuales y reproductivos están incluidos en los derechos humanos
contenidos en la Constitución Política de Colombia, de 1991; dado que estos derechos tienen una conexión estrecha con el ejercicio de derechos fundamentales como la vida, la libertad, la integridad personal, la intimidad, la atención en salud, la educación, entre otros.

Los derechos sexuales y reproductivos han sido reconocidos e impulsados por marcos internacionales de los cuales Colombia es parte: la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, la Convención de los Derechos del Niño, la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y el Estatuto de la Corte Penal Internacional. Igualmente, han sido parte de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en 1993 en el marco de la Organización de las Naciones Unidas en Viena (Austria); la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, realizada en el año de 1994 en El Cairo (Egipto), y la Conferencia
Mundial sobre la Mujer llevada a cabo en 1995 en Beijing (China).

ALGUNOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS:

-El derecho a vivir la sexualidad sin violencia, coacción, abuso, explotación o acoso.

-El derecho a escoger las y los compañeros sexuales; y a decidir si se quiere iniciar la vida sexual o no, o si se quiere ser sexualmente activa/o no.

-El derecho a decidir libremente si se contrae matrimonio, se convive con la pareja o si se permanece sola/o.

-El derecho a expresar libre y autónomamente la orientación sexual.

-El derecho a protegerse del embarazo y de las infecciones y enfermedades de
transmisión sexual.

-El derecho a tener acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad,
incluyendo el acceso a métodos anticonceptivos seguros.

-El derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos y el intervalo
entre ellos, y a disponer de la información, educación y medios para lograrlo.

-El derecho a contar con servicios educativos e información para tomar decisiones responsables e informadas.

-Que los hombres y las mujeres no puedan hacer realidad sus derechos sexuales y
reproductivos tiene consecuencias negativas sobre su salud y su vida.

ALGUNAS CIFRAS DE LA SITUACIÓN DE ADOLESCENTES Y JÓVENES

Colombia ha logrado avances importantes en el mejoramiento de la salud sexual y reproductiva, y se vienen desarrollado iniciativas y esfuerzos para garantizar los derechos humanos, el desarrollo de competencias y habilidades para la vida, y el ejercicio responsable de los derechos sexuales y reproductivos.

La situación de los adolescentes ha sido una preocupación permanente en los últimos años en Colombia y en América Latina, por el aumento de su fecundidad que justifica que sea considerado como un problema de salud pública.

El embarazo adolescente está relacionado con factores como la deserción escolar temprana, la pobreza que convierte a las familias en expulsoras de jóvenes, y la dificultad para llevar a cabo proyectos de vida a largo plazo.

El 22% de las adolescentes en el país ha estado alguna vez embarazada, y esta cifra aumenta con la situación de desplazamiento. El 30% de las adolescentes desplazadas ha sido madre o está esperando su primer hijo. Dos de cada cinco de ellas no deseaban el embarazo. (ENDS, 2005).

La fecundidad de las adolescentes en las zonas rurales es 50% mayor que en las zonas urbanas, lo cual se relaciona con el menor acceso de estas adolescentes a educación, información y servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los métodos anticonceptivos.

Estudios nacionales muestran que la fecundidad en adolescentes tiene entre sus determinantes próximos la baja escolaridad. En Colombia, sólo el 9,4% de las adolescentes de 15 a 19 años está en educación superior; 18,9 % con secundaria completa, 56% con secundaria incompleta; 8,5% con primaria completa; 6,4% con primaria incompleta y sin educación persiste el 0,9%. La proporción de adolescentes y de madres sin educación es casi 6 veces mayor a la observada entre las adolescentes con algún año de educación superior.

La edad de inicio de las relaciones sexuales ha disminuido y la proporción de adolescentes que ha tenido actividad sexual se ha incrementado de 30%, en 1995 a 44% en 2005.

Las adolescentes conocen y emplean menos métodos anticonceptivos que el resto de las mujeres; solo el 20% de las adolescentes los utiliza; de las adolescentes con pareja estable, solo el 57% los utiliza, las restantes se encuentran expuestas a embarazos no planeados. Al analizar las razones de no uso, del 30% de las adolescentes de 15 a 19 años, el 11% lo hace por dificultades de acceso y costo, el 7% debido a falta de conocimiento y el 12% a oposición de la pareja.

En el estudio “Masatugó” del Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la entidad llama la atención sobre el creciente registro de violencia en adolescentes entre los 15 y los 17 años, donde se encuentran un promedio de 130 niñas maltratadas por cada 100.000 niñas. En las edades de 10 a 14 años, el indicador se ubicó en las 85 niñas agredidas por 100.000 niñas.

Durante los últimos cinco años 206.735 mujeres fueron lastimadas físicamente por su pareja. Es alarmante como el incremento resultó mayor en las parejas adolescentes: si el 90% de las víctimas de este tipo de violencia son mujeres, la cifra se elevó al 97% en el caso de la población adolescente.

En cuanto a delitos sexuales, la tasa más alta se encontró de los 10 a los 14 años donde el indicador alcanzó los 256 casos por 100.000 niñas, que representa el 36% del total de casos. Los agresores vinculados a este tipo de violencia fueron los familiares en el 36% de los casos, otros conocidos 37%, los desconocidos 16% y finalmente en el 11% se carece de información sobre el victimario.

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