martes, 3 de agosto de 2010

Perú: Dolor de la ausencia

Los hijos que perdieron a sus madres por haber sido encarceladas en la época del conflicto interno sufrieron grandes traumas y presentaron conductas disociales, afirma la licenciada Carmen Wurst, directora de Desarrollo Institucional del Centro de Atención Psicosocial (CAPS).

Por: Gustavo Alvarado/ Diario La Primera


La violencia política nos dejó niños tristes y con un sentimiento de abandono, de resentimiento por todo lo que le ha pasado. El más alto porcentaje de anomalías que hemos encontrado son alteraciones en el estado de ánimo o sea todo lo que tenga que ver con el afecto, vale decir: tristeza, llanto depresión, sentimiento de vacío, de abandono. Todo ello vinculado a cuestiones afectivas”, puntualizó.

Según los resultados del estudio, los hijos que presenciaron la detención de sus madres, presentan un impacto negativo más fuerte en su salud mental que aquellos niños que tuvieron que sufrir otras circunstancias dolorosas al haber estado involucrados en hechos que la mayoría de veces se ejecutó con una gran carga de violencia. “Las detenciones durante el conflicto armado ha sido con mucha violencia, rompían las puertas, volteaban todo, gritaban insultos, aventaban al suelo a las personas, dejaban a los niños solos. Aquellos chicos que estuvieron presentes en la detención son los que más alteraciones en su salud mental tienen”, subrayó.

Aparte de esta grave afectación psicológica, los niños en cuestión también presentaron otras conductas disociales como abandono de estudios y embarazos prematuros. “Hubo chicos que abandonaron los estudios, otros con problemas de atención y concentración que repitieron el año. Incluso algunas niñas salieron embarazadas a los 14 y 15 años y abandonaron los estudios. A otras, las madres sustitutas las mandaron a trabajar a casas como empleadas domésticas y tampoco continuaron con sus estudios”, indicó Wurtz al explicar las consecuencias que hoy viven quienes ya son adultos.

La investigación, que se basó en entrevistas a 50 madres acusadas de terrorismo y encarceladas en la época del conflicto armado y a sus hijos, mostró además problemas emocionales, problemas de escolaridad, consumo de Drogas y alcohol e intentos suicidas, en ese orden de relevancia.

Wurtz alertó sobre posibles conductas delictivas en los hijos de las madres encarceladas si no reciben una especial atención. “Entre los datos alarmantes que hemos visto, por ejemplo, están las conductas disociales y la posibilidad de que estos chicos puedan más adelante tener conductas delictivas. Hay un perfil, una tendencia que obviamente nos alerta, nos dice que hay que tomar atención. Ha salido en nuestra encuesta y lo que hemos encontrado es la presencia de conductas disociales, conductas que pueden más adelante convertirse en situaciones de violencia, por ejemplo”, precisó.

Entre las recomendaciones que revela el informe destacan el especial cuidado con la relación entre madre e hijo a pesar de la separación. “Necesitan tener un cuidado especial en la salud emocional, poder llevarlo a visitar a la mamá, mantener un buen contacto a través de cartas, teléfono o regalitos, etc”.

También se puntualizó en la labor del Estado y especialmente del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe). “Sabemos que en el Inpe el personal es muy reducido, que tienen muchos problemas y sabemos que este tema de los hijos está en el ultimo lugar. Hay un reconocimiento de parte de la Defensoría del Pueblo de que el tema de los temas carcelarios prácticamente no ha sido atendido y éste es el tema de los niños.”, resaltó.

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