Las mujeres suelen ingresar a las Farc ligadas por el amor, pero muchas de ellas llegan a desempeñar cargos de decisión en esa organización. No son todas, pero fuentes de la Policía reconocen que “el papel de las mujeres en las Farc ha sido determinante para el cumplimiento de las proyecciones de orden organizativo, seudo político y terrorista de los máximos cabecillas”.
Por: El País
Casos como los de alias Sonia, Nubia Calderón Trujillo, alias Esperanza, alias Nury y hasta alias Karina dan cuenta de que la mujer ha escalado posiciones en la guerrilla, al pasar de formar anillos de base, a cargos de mando como cabeza de frentes y comandantes de la seguridad de miembros del Secretariado de las Farc.
Evidencias recientes del poder femenino en las Farc son Magally Grannobles, alias Mayerly, cabecilla de la columna Héroes de Marquetalia, abatida en un bombardeo el 10 de julio en Planadas, Tolima. “Era una mujer de mando, sanguinaria, temida y respetada dentro de la subversión”. Incluso la apodaban ‘La inmortal’, porque en cinco ocasiones la habían dado por muerta.
Otro caso es el de alias Araceli, cabecilla del Frente 66 'Joselo Lozada', miembro del tercer anillo de seguridad de alias Alfonso Cano y de los 20 guerrilleros de las Farc más buscados. Fue capturada por el Ejército el pasado 18 de julio en Páez, Cauca.
Una fuente de inteligencia de la Policía atribuye esta tendencia al “nivel de confianza y las relaciones sentimentales que se establecen entre las mujeres y los jefes guerrilleros, dándole mayor relevancia al género femenino en las Farc”. Se calcula un promedio de 30 mujeres por frente.
“Cada cabecilla del secretariado mantiene una mujer con la que, en la mayoría de los casos, sostiene una relación afectiva y se convierte en su persona de más confianza. Ellas son las que administran sus comunicaciones y se encargan de sus anillos de seguridad”, sostiene la fuente.
Por ejemplo, el principal anillo de seguridad de alias Iván Márquez está conformado por mujeres: Adriana Hernández Ramírez, alias Lucía Sáenz está a la cabeza. Lucía, radiofonista, cercana a los jefes del Estado Mayor del bloque Caribe, es cabecilla de la compañía Efraín Guzmán (‘Martín Caballero’) y participó en el video ‘La Insurgencia del Siglo XXI’.
Otra fuente de la Policía Nacional afirma que “la mujer más importante en las Farc es alias Victoria o alias La Costeña. Hija de campesinos de Tolima, entró a las Farc desde niña hace 28 años –tiene unos 50– y es muy cercana a Alfonso Cano”.
Su nombre de pila sería Victoria Palmera Sandino, coordinadora de cuadrillas del Frente 21 y el terror en un amplio sector del Tolima: amenaza a los que impiden que sus hijos sean reclutados. Es ideóloga para el adoctrinamiento de los menores.
Las de menor rango ingresan, en su inmensa mayoría, “para huir del maltrato de que son víctimas, por parte de su madre, o de su padrastro o de su padre”, dice la escritora Patricia Lara, autora del libro Las Mujeres en la Guerra.
Lara considera que los casos de Mayerly o Aracely son excepcionales y que las Farc son una organización con un “enorme machismo” en la que el rol que la mayoría de ellas desempeña sigue siendo el tradicional: buscar la leña o cocinar. “Las mujeres en la guerrilla ocupan posiciones menores, la mayoría se encarga de la cocina o labores así”, dice.
Pero los hechos parecen demostrar que el papel de las mujeres guerrilleras ha ido cambiando y se ha ampliado a actos seudopolíticos, ideólogos, relaciones internacionales (Nubia Calderón Trujillo, alias ‘Esperanza’), comunicaciones (radistas), manejo de información sensible, observación y ejecución de actos terroristas.
Alias Karina y ‘Olga Lucía Marín’ llegaron como compañeras sentimentales de jefes de frente o bloque. Igual ocurrió con alias Nury, del Frente Manuel Cepeda Vargas, quien ingresó a las Farc en 1998 con su novio alias Narices. Era radiofonista, tuvo contacto con los jefes de las Farc, hizo un curso de mando y obtuvo figuración, según fuentes de la Policía.
Mano derecha de ‘JJ’, jefe del Frente, cuando ‘Narices’ la dejó en 2007 por Enit Paternina, alias La Rola (capturada), ‘J.J.’ la relegó a comandante de escuadra. Pero como jefe de comunicaciones y coordinadora de milicias urbanas, jugó un papel decisivo en atentados como el apagón en Cali (2005) y el secuestro de los diputados del Valle. Se cree que es caucana, ronda los 35 años, sin hijos, que sobrevivió al bombardeo en el que el Ejército dio de baja este año a alias ‘Narices’. Por ello fue incluida entre los delincuentes más buscados.
‘Alfonso Cano’ parece sentirse más seguro rodeado de mujeres. Pero para el Bloque Oriental, de alias Mono Jojoy, no parecen ser tan importantes, cumplen una función secundaria. “La participación de la mujer en algunos frentes de las Farc es muy discreta”, dice la fuente policial.
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